ART BASEL MIAMI BEACH 2023

Miami Beach Convention Center
Diciembre 8-10, 2023
Stand A6


DESCARGAR PREVIEW


“Un dibujo es simplemente una línea dando un paseo.“
Paul Klee

Jorge Mara • La Ruche se enorgullece en anunciar su participación en la edición 2023 de Art Basel Miami Beach

Para la edición 2023 de la Feria, presentamos una selección de obras de aquellos artistas representados por la Galería, cuya poética está involucrada con la palabra y el signo gráfico, escritural y caligráfico, incorporado como estrategia plástica en sus composiciones abstractas.

En la obra de Sarah Grilo son las inscripciones criptográficas, compuestas por palabras, letras, números y graffiti, las que contribuyen esencialmente al misterio y a la poesía de sus composiciones abstractas.

León Ferrari experimenta con la escritura asémica y simbólica, jugando con elementos caligráficos semánticamente ininteligibles que alcanzan un gran impacto visual y pictórico.

Kazuya Sakai experimenta con ideogramas pictóricos, y recurre a una estética orientalista plenamente contemporánea.

También se aprecian resonancias tipográficas plásticas en la modernidad de los dibujos y collages de Batlle Planas.

Las obras de Eduardo Stupía desdibujan y enriquecen los límites entre la abstracción gestual y el dibujo, conformando un grafismo texto-imagen unificado.

“Desde los comienzos de la civilización, dibujar y escribir… eran la misma cosa.“
Paul Klee


KABINET 2023: Roberto Aizenberg . Dibujos

Nuestro sector Kabinett en ABMB 2023 estará dedicado a un corpus de dibujos del renombrado artista surrealista argentino Roberto Aizenberg de 1960 a 1990.

Roberto Aizenberg es una figura central del arte latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX.

Un artista completamente sui generis que fue frecuentemente etiquetado como surrealista, pero que prefirió alinearse en la tradición de los artistas metafísicos. Su filiación se remontaba hasta los maestros del Renacimiento, a los que atesoraba y estudiaba en profundidad.

El dibujo ocupa un lugar destacado en la obra de Aizenberg. Era un artista meticuloso que dedicaba largas horas de esmero a cada una de sus obras sobre papel. Su ejecución podía durar desde unos pocos meses hasta varios años, antes de que el artista las considerara completas.

Utilizaba preferentemente lápiz negro y de color sobre papel grueso y granulado para sus dibujos tan imaginativos, ambiguos, a veces problemáticos y ligeramente inquietantes.

Las obras expuestas datan entre los años 1970’ y 1990’, muchas de ellas realizadas cuando el artista vivía en Italia y Francia.

El dibujo ocupa un lugar central en la obra de Roberto Aizenberg. Se trata estrictamente de una de las dos facetas que componen su mundo creativo. La otra, por supuesto, es la pintura. Salvo en algunos casos en los que ciertos rasgos de sus dibujos y pinturas se entremezclan y se relacionan formalmente entre sí, los espíritus que animan uno y otra suponen un distanciamiento. En pocas palabras: Aizenberg es un pintor «clásico» en sus óleos y completamente moderno en sus dibujos. Sus pinturas son densas, con una fuerte aura metafísica, sugerentes, en momentos solemnes, deliberadamente frías. Por el contrario, los dibujos tienen un mayor sentido de la libertad. Son fantasiosos, caprichosos, ambiguos, a veces inquietantes y hasta ligeramente perturbadores.

Pero siempre mantienen al espectador a cierta distancia. No buscan el patetismo ni la complicidad.

Es fascinante para cualquiera que haya conocido íntimamente a Aizenberg, ver cómo estos dos aspectos de su obra se corresponden estrictamente con rasgos muy marcados de su personalidad. Con sus amigos, Bobby Aizenberg era jocoso, afectuoso, irónico, contradictorio, muy apodíctico y seguro en sus opiniones, especialmente en cuestiones artísticas. Sentía verdadera reverencia por su maestro, Juan Batlle Planas, que le influyó mucho formal y espiritualmente, sobre todo en sus primeras obras. Aizenberg buscó y aprovechó la influencia de algunos artistas a los que admiraba mucho y de cuya obra se nutrió, tomando de ellos recursos formales y teóricos que constituyeron los suyos propios: De Chirico, Ernst, Picasso fueron sus divinidades. Pero también Piero Della Francesca, Pisanello, Durero. En su obra encontramos huellas de todos ellos, y de otros artistas a los que observó y estudió detenidamente.

Por otra parte, una y otra vez, al hablar de la obra de Aizenberg, recurrimos a los términos desconcertante o inquietante. Y este rasgo, evidente en su arte, también estaba presente, a pesar de su jovialidad, en su personalidad. Hay un misterio en el centro de la obra de Aizenberg que se percibe, que no es inmediatamente descifrable; un secreto escurridizo, un enigma.

“Roberto Aizenberg fue uno de los más grandes artistas argentinos del siglo XX; formó parte de su historia, pero no debe ser reconocido sólo como tal. Su lugar está en la historia global del arte del siglo XX.“
Dawn Ades